Ayer leí un texto del Doctor Estanislao Antelo sobre la "gestión" y los "gestores". Además de incisivo y lúcido, el escrito tiene, como es característica de Antelo, la virtud de presentar complejos procesos de reflexión de manera sencilla. Para ejemplificar sus teorías, recurre en ocasiones, a imágenes con las que todos nos identificamos.
Influenciado por lo que terminaba de leer, no pude evitar tratar de ejemplificar nuestra situación con la "Metodología Antelo", y se me apareció -en imagen mental- la Ministro diciendo que cuando aceptamos nuestros cargos, sabíamos que era por dos años. La imagen de la funcionaria fue reemplazada por la del gordito dueño de la pelota de los partidos de potrero en la "Canchita de Espinosa", un baldío que había en la 25 de mayo, frente a donde ahora está el Carrefour: el gordito agitaba para armar los dos equipos, hasta se daba el gusto de intercambiar jugadores para que los más habilidosos "jugaran para él". Conocedor de sus límites, se instalaba debajo de los tres palos (que a los efectos potreriles, eran sólo dos, ya que el arco carecía de travesaño). La cosa es que cuando le clavaban el primer gol, se enculaba, agarraba la
pelota y se iba puchereando a la casa, a tomar la leche.
