Los
gremios de trabajadores del estado en San Luis
han tenido -desde el retorno democrático y la sucesión ininterrumpida
del modelo rodriguezsaísta- un problema de identidad que han resuelto
con dispar resultado. No resulta sencillo compatibilizar las
expectativas de sus representados, las proyecciones y/o aspiraciones de
sus dirigentes (de los gremios) y el trato (o destrato) de una
administración que gestiona con la autoridad que recibe de elecciones
que los ratifican con generosos porcentajes.
En el sector docente, y para focalizar en la última
década, el panorama pasó de la evaporación de AMPyA luego de una
candidatura frustrada a diputada provincial de la inefable Velia
Vilchez, hasta la creación, ascenso y descenso de ASDE. En el medio se
pueden contar: la desaparición y reaparición del ministerio de
educación; la creación de un estatuto docente; las escuelas charter y
digital, dos grandes conflictos con altos grados de acompañamiento
popular y masivas movilizaciones; la conformación de un frente sindical
docente y su aniquilamiento; la vigencia de una nueva ley nacional de
educación; la continuidad de las discusiones paritarias -nacionales-
como mecanismo de negociación.
El sector educación es particularmente dinámico, en
todas las jurisdicciones. Además de involucrar a un conjunto muy
numeroso de trabajadores, en casi todos los hogares hay niños, jóvenes o
adultos beneficiarios de los servicios de educación. Junto a salud y
seguridad constituyen la tríada básica cuya prestación el Estado está
obligado a garantizar.
Esta muy escueta contextualización pone de
manifiesto la complejidad del escenario (en realidad todas las
relaciones humanas son complejas) con sus especificidades. Pero (me)
permite avanzar en estas reflexiones con la seguridad de que el lector
tendrá presente estos acontecimientos pasados.
La pasada semana se produjeron dos episodios que
considero emergentes de la actualidad de las dos organizaciones
sindicales del sector: ASDE produjo un hecho durante el Congreso de
Educación, con sonora repercusión y hasta recuadro en El Diario; y UDA
renovó Comisión Directiva luego de un proceso electoral con lista única,
en un acto al que asistieron apenas los miembros salientes y entrantes
(que en la mayoría de los casos son las mismas personas).
Me interesa destacar lo de UDA (Unión Docentes
Argentinos) porque soy afiliado a esa organización; y con otros
compañeros afiliados intentamos conformar una lista para competir en el
acto eleccionario. No fue posible.
El proceso electoral fue convocado de manera
reglamentaria, pero la difusión se escatimó para que no hubiese tiempo
de conformar listas opositoras. Vale también aportar el dato de que unos
cuántos delegados somos omitidos al momento de las convocatorias a los
plenarios. Con apenas 5 días hábiles, llegamos a conversar con muchos
afiliados villamercedinos (donde se encuentra la sede central del
sindicato) y de otros lugares de la Provincia. Logramos inscribir una lista que fue rechazada por un formalismo*.
En síntesis: hubo lista única y proclamación. Pero
en el medio quedó una organización fuertemente cuestionada por un
importante número de afiliados, vituperada por gran cantidad de
trabajadores docentes y descalificada por el otro relevante sector
gremial.
UDA se presenta como el sindicato con más
"cotizantes". El Gobierno le ha ayudado a erigirse como tal porque no le
anima a depurar su padrón de afiliados en donde me atrevería a decir
que más de la mitad de los que figuran no deberían estar. El ser el
sindicato mayoritario tiene la ventaja de instalarlo como el único
interlocutor del patrón (el gobierno). Que, aunque igual no dialoga
mucho, le conviene tener disponible a UDA que a otro grupo más
intransigente y combativo.
ASDE, por su parte, endureció sus posturas y sus
acciones desde el momento en que disolvió unilateralmente la denominada
mesa de negociación con la que se salió de cinco semanas de paro el año
pasado y en donde se acordó un temario de aspectos "inmediatos y
mediatos". Al levantarse de esa mesa dejó trunco el debate de los temas
"mediatos" y vació de legitimidad un embrión de paritarias que fue lo
más parecido que hemos tenido en San Luis a una negociación colectiva.
Hoy ASDE combina reclamos de reivindicaciones laborales del sector (con
los que acuerdo casi totalmente) con planteos que equivocan -a mi
criterio, desde luego- el ámbito donde se presentan. A saber: los
pedidos de intervención federal, en el Ministerio del Interior; las
acusaciones de corrupción, en los juzgados de turno; los
cuestionamientos por la continuidad en el poder, en la Secretaría Electoral
(inscribiendo un partido o alianza, se entiende); y los deseos de que
ciertos dirigentes ardan en el infierno, en el templo que corresponda al
credo de cada uno.
Ahora, después del congreso internacional, se
vendrá la "discusión" para redactar una ley provincial de educación. Es
bastante probable que las urnas ratifiquen al grupo político en el
gobierno. Y que esa ratificación les de aire para intentar imponer
algunas medidas -digamos, por ser amplios- antipáticas para los
trabajadores. Ya algunos disertantes del congreso hablaron de
gerenciamiento en educación y la ULP avanza con una dinámica (y un presupuesto) que envidian los municipios más poblados de San Luis
Ante este estado de cosas, es válido preguntarse
quién y de qué modo va a levantarse para defender conquistas sociales y
derechos de los trabajadores de la educación Desde luego que yo tengo
una respuesta; que elaboro trabajosamente y reviso constantemente.
Adelanto que considero que la organización gremial (conceptualmente, no
me refiero aquí a inguna de las dos que mencioné antes) es la manera
adecuada de canalizar los deseos, reclamos, planteos de un grupo de
trabajadores. De manera que las acciones individuales, inorgánicas o
anárquicas no me representan. Tampoco me convocan los espacios que
pierden de vista el objetivo principal de un sindicato: obtener mejoras
en las condiciones laborales, salariales, sociales y de salud del
trabajador y su grupo familiar.
Ojalá estas líneas resulten útiles para que nos
hagamos la pregunta sobre el modelo sindical que requiere esta hora. Y
que nos movilice para actuar en el sentido que la respuesta indique.
Espero también que sirva de exlicación (que debía) a
las compañeras y compañeros afiliados a UDA con quienes hablamos en
esos frenéticos días de conformación de lista. Si es verdad que se
aprende de los errores cometidos, vamos a mantenernos activos,
involucrados con la actividad sindical con nuestra voz disonante y
preparándonos para que el próximo recambio de Comisión Directiva no
pueda hacerse casi a escondidas como esta vez.
* Dirán
que había tres firmas adulteradas en una planilla. Aportamos la
presencia de las tres personas cuyas firmas cuestionaban y que
ratificaron su intención de suscribir las planillas en cuestión, pero
desestimaron esas declaraciones. A ver si me explico sin ambages: dicen
que hay tres firmas falsas en una planilla de aceptación de cargo; se
presentan las tres personas a decir que aceptan el cargo y no los
quieren recibir.
Pablo Muract –
muract@gmail.com