Una maestra suplente llevó a sus alumnos (12 años en promedio) a la sala de informática. Julie Amero, ese es el nombre de la
docente, se ausentó para ir al baño y cuando regresó se encontró que alumnas estaban mirando páginas de modas y peinados. De repente comenzaron a aparecer ventanas (pop ups) pornográficas y ella no supo como reaccionar.
El jurado la encontró culpable de cuatro delitos en contra de la
integridad moral, por lo que
podría corresponderle hasta 40 años de prisión. Sucedió en octubre de 2004, en Connecticut y recientemente se convocó a un nuevo juicio.
Imaginen ustedes que el caso tiene numerosos matices; esto es sólo una síntesis introductoria. Si quieren un comentario más detallado -que vale la pena- visiten el blog de
Ferran Ruiz Tarragó, un catalán que opina sobre las TIC´s y la educación.